miércoles, 14 de marzo de 2007

Ahora puedo decir con mayor conocimiento que te quiero, lo especial a aumentado a pesar de las pocas espectativas que tenía, y que sé tu también. Sin embargo de un tiempo hasta acá, los fantasmas de la vida se han hecho sentir tan a menudo que tiemblo casi todas las noches al sentir la extraña compañía, me negaba suponer siquiera que lo que con tanto cuidado y dedicación evité por miedo a romperlo, esté destinado a muerte prematura.
Que mis paranoicas preocupaciones sean lo suficientemente fuertes para detenerlo, la paciencia fue una de las virtudes que se me fueron negadas a muy temprana edad, y lamento decir que el tiempo no lo ha mejorado, aún cuando lo ha intentado, y he sido espectadora de ello.
Según entendí hoy, quieres tener antecedentes de tu vida, y hoy que mi vida se ha cruzado con la tuya, me siento en la libertad de ser una autora de este trozo de historia, que en estos momentos es nuestra.
No vale mucho la pena repasar nuestros primeros encuentros desde tu punto de vista, porque estoy casi segura que aunque los leyeses serían parte de una vida que como tu dices, no era la tuya, por lo que al menos las primeras letras de este relato serán sólo según mi visión, y luego intentaré entrar en esa cabeza tuya y descifrar un par de cosas, y espero no equivocarme, para que realmente te sientas un tanto identificado cuando lo leas si es que lo llegas a hacer.

Era un día muy caluroso de verano, habíamos planeado toda la semana esa fiesta, pues aparte de ser el cumpleaños de una prima de mi amiga, era la celebración de nuestra transición a digamos la vida adulta, y decidimos hacerlo en grande, sonó el teléfono y debimos salir pronto a buscar a la gente que afuera esperaba un tanto impaciente, pues, no conocían del todo a lo que iban.
Ahí apareciste, con el cabello notablemente largo, para el común de mis conocidos, te presentaste y comenzamos la velada, no sin antes proponer marcharse a un lugar mas acogedor, así lo hicimos, ahora era yo la que no sabía el destino de esa noche.
Efectivamente el lugar era el indicado, no cruzamos mayormente palabras, pero ya se hacía sentir lo agradable de tu compañía, de regreso a casa me prestaste mayor atención, ya sin ella de la mano.

Los días siguientes por casi un año nos iban acercando, hasta crear un amistad a mi gusto, confiaba en ti, y sentía que de alguna manera entendías ciertas cosas, y que me tratabas bien, extraño para mi en ese momento de la vida, pues me encontraba en una montaña rusa de malas prácticas.

Llegó el momento de comprender que estar a tu lado era la energía que necesitaba, pero no acostumbro a entregar sentimientos, a pesar de que así lo creas, las muestras que hasta ahora conoces de afecto, de mi parte, no son más que un automático que no me trae problemas y que más aún, deja conforme a una infinidad de personas que me rodean.

Soy una persona miedosa y llena de fantasmas del pasado, aunque no lo parezca, cada día reprimo más mis apasionada e impulsiva personalidad, y no me quejo de ello, pues, trae menos consecuencias lamentables.
Al abrir los ojos en las mañanas y saber que estamos intentado que algo crezca entre nosotros, me deja una paz, ya que indica que me estoy atreviendo a hacer cosas, sin dejar de lado las restricciones diarias.

Hay momentos que te siento muy cerca mio, pero despierto y sólo me doy cuenta que es otra de mis fantasías, y lo sigo intentando, llegar a ti, es un camino muy largo que pretendo terminar con éxito, pero a mi pesar sé que no será así, lo asumo, me puedo estar equivocando, aún más puede ser el peor error de todos, sentirse una perdedora sin acabar la carrera.

Durante mucho tiempo he lastimado a la gente que logra acercarse a mi, que intenta entenderme, y por la simple razón que no quiero que lo hagan, tú menos que nadie, no quiero que conozcas nunca a la persona que hoy está escribiendo, me deja tranquila el hecho, de que lo he impedido con éxito muchas veces antes.

Pero siguiendo con la historia,tengo que agradecerte el que te hayas dado el tiempo de pasar conmigo momentos de tu vida, que podrías haberlo hecho con mucha gente, más interesante, menos aproblemada y más idónea ti, al menos lo intentaste, y eso habla bien de ti, lamentablemente no puedo con ésto, todos los días siento que te hago perder tus minutos, y que no ganarás nada,y eso me tiene triste, esa es la razón de mi rostro a veces.
Pretendo no decirlo, no tiene sentido que lo sepas ahora, aún así me gustaría que un día lo entendieras.

Gracias por hacerme ver cosas, por quererme aunque sea un poco y por soportar algunas niñerías, eres una persona difícil de llevar, y yo no me doy el tiempo tampoco, mi carácter me hace cambiar el ánimo de un minuto a otro, y tu mereces algo mucho mejor.
Nos felicito por intentarlo, no podíamos no hacerlo, pero no soporto fracasar, y es precisamente lo que haremos.

Haz tenido una linda vida, haz conocido gente importante, yo no lo seré, porque veo en tu rostro el aburrimiento, y lo entiendo.

Han sido unos lindos días algunos, y eso lo recordaré, lamentablemente los otros también, pero tu tienes la capacidad de olvidarlos, y puedes comenzar ya, nunca seré lo que esperas, prefiero tenerlo claro desde ya.

De nuevo gracias por querer hacer de mi una compañera para ti, que tengas una vida linda, con tu Julián, tu mujer, y tus mascotas.

Te quiero.







miércoles, 3 de enero de 2007

Una vez encaminada en el túnel hacia atrás no se puede volver, por lo que ya habiendo solucionado uno de mis incompletos asuntos, debía dar paso al siguiente. Y me vino como la noche, fugaz. Siendo una pisciana orgullosa de sus cualidades y defectos, tenía que que enfrentar alguna vez en mi vida el sentimentalismo extremo, mal acompañado por una sensibilidad desgarradora y como si fuera poco la pasión de Julieta.
Esa fue la primera vez que las mariposas juguetearon con mis entrañas, él nunca fue uno más para mi, nuestra complicidad se hizo notar a muy temprana edad, siendo unos niños de pecho compartimos nuestros días, desde el primer rayo de sol, hasta el cantar de los grillos nocturnos. Es muy posible que la peculiaridad de su persona, tan caballero como los con armadura de siglos atrás, me parecía más deseable su compañía que la de cualquier otro amigo de juegos y así lo preferí veranos completos.

Vengo de una familia numerosa a la cual la temporada de verano la emociona, por la variedad de comidas deliciosas que pueden preparar, y sobre todo porque es la fecha del año en que podemos estar todos juntos.
Y es esa la razón de nuestro afiatamiento, en un comienzo, tan fraternal, lo siguiente casi era inevitable.
Llegamos de la mano a esa étapa en la vida en que comenzamos a sentir, y lo que más queremos es probar. Y yo me dediqué a amarlo en secreto por años, me las ingeniaba todos los días para estar lo más cercana a él posible, aprendí todas los juegos y códigos de los hombres preadolescentes, y ocupé mi lugar.
Me desvelaba noches enteras pensando en el día juntos, escribiendo detalladamente casa suceso en mi diario.
Hasta que llegó el día tan esperado, la primera vez que nuestros labios se rozaron, y el cuerpo no estaba preparado, por lo que respondió tímido, con un temblor.
El tiempo, la gente, el aire, las aves, las nubes, todo dejó de tener movimiento en esos segundos, yo quería saber nada más.
No me podía concentrar en otra cosa que no fuera su silueta los minutos venideros, más aún, esperaba que el tiempo amigo repitiera una y otra vez, tan única experiencia.
Pero no sucedió, hasta meses después. Era un día de verano, y a pesar de ello, no estaba tan caluroso el ambiente, por el contrario el viento soplaba fuerte y muy frio, no era extraño, entonces , pensar que las horas siguientes también serían diferentes.
En esta oportunidad no fue tan dulce como aquella mágica vez, sino más deseo que amor, más pasión que dulzura, y a pesar de ello, me sentí la princesa que mi madre me enseñó tan pequeña en las páginas de los cuentos de hadas.
Ahora empezaba mi vida, pensé en ese momento, ya no era yo la que armaba una historia de amor en mi cabeza, él también quería ser parte de mis sueños, pero aquí, como todos, en carne y hueso, en cuerpo y alma, y eso era todo lo que yo necesitaba.
Los días siguientes fueron una danza descalza en la luna, parecía que todo saldría bien, pero claro, había un detalle, para mi nunca fue algo más que eso, sin embargo para muchos si.
La familia pidió la palabra, lo catalogarón de herejía, tan cruelmente se burlarón de mi amor que no me quedaba más que soportar el nudo en la garganta, e implorar que fuese una pesadilla.
Para mi sorpresa él caballero con armadura no abrió la boca, y cual animal domestico aceptó la decisión sin más, agachando la cabeza.
Así se acabó la experiencia más dulce, que he vivido.
Mi madre estuvo en contra de todo, por sobre todas las cosas apoyó mi opción de guardar silencio, y me defendió de las malas palabras, eso me refugió en su seno como de niña, pero no fue suficiente para impedir el desgarro de mi corazón.
Que a duras penas se está recuperando hoy, pero que emocionalmente dejó una cicartiz, irreparable.
Desde esos días no creo en el amor, me volví una persona desconfiada hasta de la misma sombra, imposible de comprometerme, y peor aún, los fantasmas amenazan con no abandonar mi alma por mucho tiempo más, pero estoy haciendo el esfuerzo, aún creo en las señales divinas.




jueves, 21 de diciembre de 2006

Cuando se es niña todo parece tener respuestas fáciles y rápidas, es complicado decir el minuto preciso en que cambia eso. Recuerdo que cada vez que vi a mi madre aproblemada por asuntos de "gente grande", la miraba y decía sin siquiera tomar el peso de mis palabras, que era tan fácil como que dijera lo que tenía que decir, a quien debía cuanto antes, y ella tan dulcemente como ha sido toda mi vida, me tomaba en brazos y un poco más tranquila me agradecía las buenas intenciones.
Y ahora que estoy siendo cada vez más parte del mundo adulto, no practico, como mala predicadora que soy.
Estoy conciente de que me ahogo generalmente en un vaso de agua, tiendo a angustiarme fácilmente, y tan pronto como me lleno de energía nuevamente, soy una persona demasiado cambiante para mi gusto, y decidí indagar en el por qué de ello.

Ésto más allá de contarles quien soy, es un descubrimiento para mi, tengo que admitir que hace solamente un par de meses atrás no tenía idea de quien era este rostro y este cuerpo que ya cargo hace 20 años, ahora cuando miro el espejo puedo reconocerme, pero queda mucho camino, en el poco tiempo que tengo de conocerme han surgido ya demasiadad interrogantes como para perder más tiempo en trivialidades de quinceañera, es tiempo de tomar el volante de mi propio tren, y señores, voy en el penúltimo vagón.

En ese momento en la vida cuando te das cuenta que tienes un mundo afuera por conocer y estas sentada ahí, justo en el sofá de tu casa, y que peor aún llevas años estándolo, se tiene que hacer algo, lo primero salir a la calle y gritar, no hay nada mas vigorizante que un buen estruendo del alma.
Acto seguido, organizar la habitación, ordenar, como tantas veces mamá te obligó, pero ahora tienes un objetivo claro, es el momento de tomar todo aquello que te recuerde esa que con dos moños salía cada navidad a mostrar la muñeca del año y meterlo en una caja, luego tirar todo lo que signifique retroceso, porque todos sabemos que somos lo que fuimos, pero ya no queremos eso, ahora buscamos algo más grande, y ese somos y ese fuimos, no sirven en el mundo del seremos.
Al terminar, te encontrarás en una habitación vacia, y felicidades, tienes una nueva oportunidad de llenarla, no la desarpoveches, es tiempo de hacer las maletas y dejar la pileta, el mar nos espera.
Mirate al espejo la última vez, por que ese temor en los ojos es cosa del pasado, deseate suerte y besa a tu madre.

Es justamente ahí donde me encuentro, ahora supongo que debo dar el primer paso, pero cuesta, tengo plomos en los tobillos, hace unos días quise avanzar a pasos de gigante, y qué creen, caí de narices, la verdad, fue desmotivante, pero enriquecedor a la vez.
Me di cuenta de un detalle que no sé cómo se me pudo pasar, estaba lista para salir y bla bla bla, pero era un viaje largo, y supuse que tendría como compañera a mi niño interno, pero adivinen, era muda.
No podía aventurarme de esa manera y tuve que detenerme un momento y descubrir la causa de el silencio de mi pequeña amiga.

Supuse que debía hacer un viaje al pasado, y a pesar de estar en contra de mis principios lo hice, de hecho aún estoy en ello, recordé el día que mi padre me dejó.
Suena feo de esa manera, pero eso sentí esa madrugada, que sin más se marchó, sin siquiera despedirse.
En un país donde pocas veces se dan las oportunidades para que los jefes de familia puedan llevar una vida digna, la mejor opción, es salir, buscar suerte en otro lugar, y eso significa un abandono, sean por las razones que fueren.
A los 4 años, poco se entienden razones, y yo no era la excepción, por lo que claramente esas fueron las primeras lágrimas de dolor que derramé, hay que destacar que tanto mi madre como mi hermana, se desvivieron por cubrir el vacio que mi amado padre habia dejado en mi, y les agradezco de corazón, pero padre es padre, y yo lo amaba.
Pasaron muchos años, y mientras tanto iba olvidando el aroma de él, se iba conviertiendo lentamente en una carta semanal, o una voz en el teléfono.
El día que volvió, todos celebrarón menos nosotros, un desconocido venía a mi casa, besaba a mi familia y decía haberme extrañado, lo único que quería era que llamaran a la policia, no aceptaba un abrazo, ése era nadie para mi.
A partir de ese día nada volvió a ser lo mismo, el dolor de ambos nos destrozaba día a día, y fueron más de 10 años de rencor, aún no puedo creer que desperdiciara tanto tiempo en ello, vuelvo a lo mismo, soy una pésima
predicadora.
La situación estaba tan descontrolada a ratos, que los episodios de violencia no eran raros, y lo único que lograban era que la brecha entre ese y yo, aumentara. Un día sin embargo, abrí los ojos caminé hacia él y le dije, "no más", y así fue, ahora está lejos nuevamente, pero me dejó su corazón esta vez, y lo más importante, se llevó el mio.